La terapia asistida con perros (TAP), es un tipo de tratamiento terapéutico dentro de las intervenciones asistidas con perros (IAP), que consiste en
apoyarnos en que un perro, debidamente adiestrado, nos ayude a progresar con el tratamiento de un paciente.

La finalidad es fomentar una mejora tanto emocional, física, social y/o cognitiva en los seres humanos, proporcionando un soporte emocional a adultos o ancianos que están físicamente aislados, a niños, jóvenes, gente deprimida o insegura, o que sufran ciertos trastornos emocionales o discapacidades.

Existen multitud de experimentos e investigaciones que demuestran que trabajar con un animal, como un perro en este caso, nos aporta grandes
beneficios, ya que una sesión con un perro de tan sólo 20 minutos, nos ayuda a disminuir hormonas como el cortisol, la asrenalina y la aldosterona,
responsables de entre otras cosas, el estrés, aumentando a su vez hormonas como la dopamina, la oxitocina o las endorfinas, hormonas responsables del bienestar.

En España, varias fundaciones y organizaciones llevan años dedicadas al uso de animales de compañía como terapeutas, como por ejemplo:

 

  • Fundación Affinity: Creada en diciembre de 1987 bajo el nombre de Fundación Purina, poseen programas dirigidos a personas marginadas por la edad, la delincuencia, personas con disminución de sus capacidades o con ciertas enfermedades.
  • Fundación ONCE del perro-guía: Creada en 1990, pertenece a la “Federación Internacional de Escuelas de Perros Guía”.
  • Fundación Bocalan: Es una de las fundaciones más reconocidas, desarrollando programas para la integración de personas con discapacidades a través de la terapia asistida con perros.
  • Asociación Nacional de Terapias y Actividades Asistidas por animales (ANTA): ONG dedicada a fomentar la terapia asistida por animales, trabaja con perros de servicio para ayudar a personas con discapacidades intelectuales y psicológicas, físicas y/o sensoriales y para personas mayores.

Para llevar a cabo un programa de terapia asistida con perros, tenemos que tener en cuenta estas afirmaciones:

La herramienta de trabajo es un perro, un ser vivo, eso significa que tiene emociones, motivaciones basadas en su etología, limitaciones debidas a
su naturaleza, y sobre todo, tiene necesidades fisiológicas que debemos respetar en todo momento.

Estamos introduciendo un animal en entornos sanitarios complejos, por lo que debemos tener claro que el objetivo es la mejora del paciente. Para ello, necesitamos establecer controles veterinarios estrictos y periódicos para asegurar la salud del animal y evitar zoonosis.

En el trabajo de la terapia asistida con perros, intervienen varias disciplinas, no necesariamente llevadas todas a cabo por la misma persona,
por lo tanto, se trata de un trabajo en equipo.

Las sesiones de Terapia Asistida con Perros mejoran de calidad de vida de los pacientes, ya que alivian sentimientos como la soledad, la depresión…
Algunos de los grupos de personas con necesidades especiales que pueden beneficiarse de la terapia asistida con perros son:

El ámbito de la salud en general: Largar convalecencias, centros de rehabilitación con gente con parkinson, esclerosis múltiple, parálisis o después
de un accidente, enfermos terminales, enfermos crónicos…
Programas de educación especial para niños
Prisiones
Residencias de ancianos
Centros de acogida de menores
Programas para mujeres maltratadas
Enfermos de Alzheimer

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